10 años de camino hacia un objetivo:
2030, el final de las hepatitis víricas
En el Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebró este domingo 28 de julio
- Apoyo Positivo junto a FNETH, AEEH y AEHVE impulsan la iniciativa bajo el lema “10 años de camino hacia un objetivo: 2030, el final de las hepatitis víricas”, que recorre los 10 años de mensajes, campañas, información e hitos alrededor del objetivo común de la microeliminación y el abordaje prioritario de las hepatitis víricas para su final en 2030.
- La estrategia mundial de la OMS contra la hepatitis pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis en un 90% y las muertes en un 65% entre 2016 y 2030.
- Diez años después de la aparición del tratamiento curativo de la hepatitis C, España se sitúa en el grupo de los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C.
- Las asociaciones de pacientes y el entorno comunitario ejercen un papel fundamental en las estrategias de eliminación y recomiendan 10 tips para poder alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Madrid, 24 de julio de 2024.- La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y Apoyo Positivo, con el apoyo de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) en colaboración de las compañías biofarmacéuticas AbbVie y Gilead, presentan una campaña sensibilización que recorre los 10 años de mensajes, campañas, información e hitos alrededor del objetivo común de la microeliminación y el abordaje prioritario de las hepatitis víricas para su final en 2030.
Llamamos hepatitis a la infección que produce una inflamación en el hígado generando posibles daños. Las más frecuentes y significativas son las llamadas hepatitis virales, las hepatitis A, B, C y D.
La estrategia mundial de la OMS contra la hepatitis, respaldada por todos sus estados miembros, pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis en un 90% y las muertes en un 65% entre 2016 y 2030.
Sin embargo, los datos disponibles indican que la mayoría de los países no están en camino de cumplir con esos objetivos estratégicos, enfocados especialmente en reducir la incidencia y mortalidad relacionada con las hepatitis B y C, a pesar de la vacunación disponible y de llevar ya 10 años de implementación del tratamiento que cura la hepatitis C.
En su mayoría muestran un buen progreso en el programa de vacunación infantil contra la hepatitis B, pero son deficientes las medidas de reducción de daños para la hepatitis C, en las personas que se inyectan sustancias, así como en el seguimiento y vacunación en algunos adultos de la hepatitis A y B.
España se sitúa en el grupo de los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C según estos objetivos marcados, pero queda bastante camino por recorrer, ya que todavía más de 70.000 personas se tendrían que diagnosticar y/o tratar en nuestro país.
Por ello, desde Apoyo Positivo y la Federación Española de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) os traemos diez recomendaciones que pueden acelerar y facilitar este final necesario y posible:
- Aumentar las campañas y acciones de información y sensibilización sobre las hepatitis y la prevención de éstas, contando con la participación de la comunidad sanitaria, trabajadores/as del ámbito psicosocial, organizaciones comunitarias especializadas, medios de comunicación e “influencers” y, sobre todo, personas y familiares afectados directamente por la hepatitis.
- Impulsar estrategias de detección, de infección no diagnosticada, y de recuperación de pacientes diagnosticados y no tratados, en el caso de la Hepatitis C.
- Aprovechar las sinergias con los programas de VIH, y otros servicios de salud sexual, y desarrollar pruebas de detección de hepatitis viral, así como en otros espacios del sistema de salud, para evitar oportunidades perdidas en el diagnóstico.
- Desarrollar modelos de atención que apoyen la microeliminación en poblaciones definidas para ampliar el diagnóstico y el tratamiento. La detección intensificada de personas que se inyectan drogas, u otros perfiles prioritarios, es fundamental para lograr la eliminación en muchos entornos donde la gran mayoría de las nuevas infecciones ocurren:
a. Población inmigrante, en muchos casos no vacunada en su país de origen.
b. Trabajadoras y trabajadores sexuales.
c. Hombre que tienen sexo con hombres, hombres gais y bisexuales.
d. Población privada de libertad.
e. Receptores de transfusiones previamente a 1992.
f. Usuarios de drogas inyectadas sin uso de medidas preventivas. - Utilizar modelos de prestación de prevención combinada y tratamiento comunitario ya implementados en el VIH, para descentralizar el tratamiento de la hepatitis viral.
- Priorizar el desarrollo de programas de reducción de daños y la facilitación e intercambio de materiales preventivos, para prevenir la transmisión de la hepatitis, especialmente la C, entre las personas que se inyectan drogas. Los programas de reducción de daños pueden proporcionar una puerta de entrada a la detección y el tratamiento de la hepatitis para las personas que pueden no estar
comprometidas con los servicios médicos. - Mejorar el seguimiento, la evaluación y las acciones de comunicación para que todos los países y sistemas de salud puedan informar sobre el desempeño en el diagnóstico, el inicio del tratamiento y la respuesta virológica sostenida.
- Mantener el apoyo financiero para la vacunación contra la hepatitis B con dosis de nacimiento en los países de ingresos bajos y medios, especialmente en el África subsahariana.
- Acelerar los esfuerzos de investigación para desarrollar un tratamiento curativo para la hepatitis B que se pueda administrar de manera asequible en países de ingresos bajos y medios, que representan la mayor parte de la carga mundial de infección por hepatitis B.
- Acelerar los esfuerzos de investigación para desarrollar una vacuna preventiva contra la hepatitis C.
Debemos hablar más de hepatitis y eliminar el estigma que hay a su alrededor, debido, en gran parte, por las prácticas que normalmente pueden conducir a esta infección.
No acabaremos con las hepatitis virales ni el VIH si no acabamos con el estigma hacia esas prácticas y, sobre todo, hacia quienes somos como personas y comunidades.
El objetivo es claro: prevenir, diagnosticar y tratar a todas las personas, erradicando el estigma hacia éstas.