10 años de camino hacia un objetivo:
2030, el final de la hepatitis C
- Asociaciones de pacientes y ONG impulsan la iniciativa bajo el lema “10 años de camino hacia un objetivo: 2030, el final de la hepatitis C”, que recuerda el compromiso internacional de acabar con esta infección en 2030, como así lo establece la estrategia de ONUSIDA y la Declaración de París para las ciudades Fast-Track.
- La estrategia mundial de la OMS contra la hepatitis pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis en un 90% y las muertes en un 65% entre 2016 y 2030,
- 10 años después de la aparición del tratamiento curativo de la hepatitis C, España se sitúa en el grupo de los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C según estos objetivos marcados, pero queda bastante camino por recorrer, ya que todavía más de 70.000 personas que se tendrían que diagnosticar y/o tratar en nuestro país.
- Las asociaciones de pacientes y el entorno comunitario ejercen un papel fundamental en las estrategias de eliminación y recomiendan algunos tips para poder alcanzar ese objetivo de eliminación de la hepatitis C.
La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y Apoyo Positivo, con el apoyo de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y la Alianza para la eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE), y la colaboración de las compañías biofarmacéuticas AbbVie y Gilead, presentan una campaña de sensibilización que recuerda el compromiso internacional de acabar con esta infección en 2030, como así lo establece la estrategia de ONUSIDA y la Declaración de París para las ciudades Fast-Track.
Llamamos hepatitis a la infección que produce una inflamación en el hígado generando posibles daños. Las más frecuentes y significativas son las llamadas hepatitis virales, las hepatitis A, B, C y D.
La estrategia mundial de la OMS contra la hepatitis, respaldada por todos sus estados miembros, pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis en un 90% y las muertes en un 65% entre 2016 y 2030.
Sin embargo, los datos disponibles indican que la mayoría de los países no están en camino de cumplir con esos objetivos estratégicos.
A pesar de llevar ya 10 años de implementación del tratamiento que cura la hepatitis C, son deficientes las medidas de reducción de daños para esta hepatitis, en las personas que se inyectan sustancias, así como la detección de la infección oculta restante, tras el buen funcionamiento de los planes de microeliminación.
España se sitúa en el grupo de los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C según estos objetivos marcados, pero queda bastante camino por recorrer, ya que todavía hay más de 70.000 personas que se tendrían que diagnosticar y/o tratar en nuestro país.
Por ello, desde Apoyo Positivo y la Federación Española de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) os traemos algunas recomendaciones que pueden acelerar y facilitar este final necesario y posible:
- Aumentar las campañas y acciones de información y sensibilización sobre la hepatitis C y la prevención de ésta, y otras hepatitis, contando con la participación de profesionales sanitarios, trabajadores del ámbito psicosocial, organizaciones comunitarias especializadas, medios de comunicación e “influencers” y, sobre todo, personas y familiares afectados directamente por la hepatitis C.
- Incorporar la digitalización y el uso de las tecnologías al diagnóstico y al seguimiento, especialmente en el caso de poblaciones que frecuentan poco los centros asistenciales.
- Impulsar estrategias de detección, de infección no diagnosticada, y de recuperación de pacientes diagnosticados y no tratados con hepatitis C.
- Aprovechar las sinergias con los programas de VIH, y otros servicios de salud sexual, y desarrollar pruebas de detección de hepatitis C, así como en otros espacios del sistema de salud, para evitar oportunidades perdidas en el diagnóstico.
- Desarrollar modelos de atención que apoyen la microeliminación en poblaciones definidas para ampliar el diagnóstico y el tratamiento. La detección intensificada de personas que se inyectan drogas, u otros perfiles prioritarios, es fundamental para lograr la eliminación en muchos entornos donde la gran mayoría de las nuevas infecciones ocurren:
- Población inmigrante, en muchos casos no vacunada en su país de origen.
- Trabajadoras y trabajadores sexuales.
- Hombre que tienen sexo con hombres, hombres gais y bisexuales.
- Población privada de libertad.
- Receptores de transfusiones previamente a 1992.
- Usuarios de drogas inyectadas sin uso de medidas preventivas.
- Toda la población adulta nacida entre 1945 y 1975 sin un test previo de anticuerpos frente al VHC.
- Priorizar el desarrollo de programas de reducción de daños, y la facilitación e intercambio de materiales preventivos, para prevenir la transmisión de la hepatitis C, entre las personas que se inyectan drogas. Los programas de reducción de daños pueden proporcionar una puerta de entrada a la detección y el tratamiento de la hepatitis para las personas que pueden no estar comprometidas con los servicios médicos.
- Descentralizar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento para poblaciones vulnerables, llevándolo a las unidades de conductas adictivas, centros de acogida de migrantes, centros de salud mental, zonas de concentración de personas sin hogar o centros de intervención de baja exigencia entre otros.
- Acelerar los esfuerzos de investigación para desarrollar una vacuna preventiva contra la hepatitis C.
No acabaremos con la hepatitis C, ni el VIH, si no acabamos con el estigma hacia esas prácticas y, sobre todo, hacia quienes somos como personas y comunidades.
El objetivo en la “C” es claro: prevenir, diagnosticar y curar a todas las personas, erradicando el estigma hacia éstas.
Toda la info de la campaña en nuestras redes sociales y web (www.apoyopositivo.org) a partir del 1 de octubre.